STRAWBERRY SHORTCAKE | La tarta de fresas americana


Aunque a simple vista os pueda parecer una simple tarta de fresas con nata en formato individual, en realidad es mucho más. Los Strawberry Shortcakes son un dulce típico americano que admite mil presentaciones, pero que destaca por lo acertado de su combinación. Pocos ingredientes, pero todos con mucho sabor y personalidad. Creedme si os digo que este postre es un auténtico escándalo.

La receta la he adaptado del recetario de postres de la casa William Sonoma que me traje de mi viaje a Nueva York.



RECETA EN VÍDEO


STRAWBERRY SHORTCAKE

INGREDIENTES:

Para la masa:
235 g de harina de trigo
30 g de azúcar
10 g de levadura química (polvo de hornear)
5 g de sal
125 g de mantequilla sin sal en cubos (muy fría)
170 ml de leche
1 limón (zumo y ralladura)

Para el relleno:
500 g de fresas
50 g de azúcar
500 g de nata para montar 35% (crema para batir)
2-3 cucharadas de azúcar glas

Utilidades:
Tabla de equivalencias
Dónde comprar mis utensilios

PREPARACIÓN:

Empezamos preparando la buttermilk. Echamos el zumo de 1 limón en 170 ml de leche. Removemos y dejamos reposar 10 minutos para que el limón haga su efecto.

Mientras tanto vamos con la masa. En un bol tenemos 235 g de harina de trigo. Echamos 30 g de azúcar, 10 g de levadura química o polvo de hornear, 5 g de sal y la ralladura de 1 limón. Mezclamos con la pala de nuestra batidora unos segundos e incorporamos 125 g de mantequilla sin sal bien fría y cortada en cubos de 1 cm aproximadamente. Batimos un par de minutos a velocidad alta, la mantequilla no debe derretirse totalmente. Incorporamos la buttermilk a la mezcla y batimos hasta integrarla. Enharinamos la superficie de trabajo y volcamos la masa. Echamos un poco de harina sobre la masa y amasamos un poco hasta que la mantequilla se haya derretido por completo. Podéis ir echando harina a la masa poco a poco hasta que no quede pegajosa y sea maleable. Estiramos la masa con ayuda de un rodillo. Vamos a hacer un rectángulo para sacar 6 porciones. Debemos estirar hasta tener 1 cm de grosor aproximadamente. Cortamos la masa por la mitad y la dividimos en 6 porciones. Tenemos el horno precalentado a 200 ºC, colocamos las porciones en una bandeja de horno sobre papel vegetal y las horneamos durante 15-18 minutos, hasta que veáis que los bordes están dorados. Nos quedarán unos pastelitos ligeramente crujientes por fuera y muy tiernos por dentro. Los dejamos enfriar totalmente sobre una rejilla.

Preparamos el relleno. Para ello hemos lavado y secado 500 g de fresas. Les quitamos el pedúnculo y las laminamos al gusto. Echamos 50 g de azúcar y mezclamos, esto hará que las fresas suelten su jugo. Reservamos las fresas en la nevera y montamos la nata. La nata para montar tiene que estar muy fría, con una materia grasa de un 35% mínimo y debemos utilizar varillas de globo o de montar, sea cual sea el utensilio que utilicemos. Tenemos 500 g de nata para montar. Añadimos mejor azúcar glas, así no nos encontraremos los granillos de azúcar. La cantidad al gusto, 2-3 cucharadas. Si utilizáis un bol de acero inoxidable mejor, pues mantiene mejor el frío. Batimos a velocidad alta hasta que esté bien montada a vuestro gusto.

Ya tenemos frías las porciones de masa. Para cortarlas utilizamos un cuchillo de sierra, el de cortar pan es ideal y siempre serrando en zigzag. Ponemos media parte de base, cubrimos con fresas, incluido el jugo que han soltado. A continuación, ponemos una buena cantidad de nata montada. Finalmente, tapamos con la otra mitad y espolvoreamos azúcar glas por encima. Se podría comer ya, pero yo recomiendo reservarlos en la nevera 1 o 2 horas.

Cualquier duda, mira el vídeo.

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