KNÄCKEBRÖD | Pan sueco fino y crujiente


Si te digo knäckebröd seguro que piensas en un mueble de Ikea. No es un mueble ni nada parecido, pero sí un producto que puedes encontrar en el súper de Ikea. En realidad es un pan legendario que se remonta a los tiempos de los vikingos. Hoy día aún se come en Suecia y toda Escandinavia, normalmente usado como una tostada, pues queda fino y crujiente. Se suele usar para untar mantequilla, queso, mermelada o para lo que queráis. ¿Os acordáis de nuestra serie sobre los panes más famosos del mundo? Pues este knäckebröd, sin duda, también debería haber entrado.

Receta adaptada de la que vi aquí: https://www.kronjast.se/recept/svenskt-knackebrod

RECETA EN VÍDEO


KNÄCKEBRÖD

INGREDIENTES:

240 g de harina de centeno integral
120 g de harina de trigo
10 g de sal
20 g de levadura fresca
250 ml de agua tibia
3 g de semillas de anís o comino

Utilidades:
Tabla de equivalencias
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PREPARACIÓN:

En primer lugar deshacemos 20/12 g de levadura fresca en 240 ml de agua tibia. Removemos bien. En el bol de la batidora echamos 240 g harina de centeno integral, 120 g harina de trigo normal y 10  g de sal. Incorporamos 3 g de semillas de anís o de comino. Sinceramente prefiero el anís, pues el comino le aporta un sabor muy fuerte. Mezclamos y vertemos el agua que teníamos reservada con la levadura. Amasamos durante 10 minutos con el gancho amasador. Pasado el tiempo formamos una bola, la dejamos en el bol, tapamos con film transparente y la dejamos reposar durante 2 horas a temperatura ambiente.

Pasadas las 2 horas espolvoreamos un poco de harina sobre papel vegetal, que hemos puesto en una bandeja de horno. Espolvoreamos un poco de harina sobre la superficie de trabajo y formamos una especie de churro con la masa. Partimos por la mitad, y cada mitad por la mitad, y luego cada trozo en 3 partes, en total nos van a salir 12 knäckebröd. Formamos una bola con cada uno de ellos y las vamos colocando en la bandeja. Tapamos con film transparente y dejamos reposar 20 minutos.

Ha llegado el momento de formar los panes. Los estiramos con ayuda de un rodillo procurando darle forma redonda. Debéis procurar tener la masa enharinada para que no se pegue ni a la superficie de trabajo ni al rodillo. Hay que ir volteando la masa y estirándola. Una vez que está bien fina le hacemos un agujero en el centro con ayuda de un cortapastas. Este agujero es puramente estético, antiguamente se usaba para meter una vara y secar los panes. Pintamos con agua y, para hacer los característicos agujeritos en la superficie, podéis utilizar un tenedor o un rodillo especial. Al horno precalentado a 240 ºC durante 6-7 minutos, hasta que estén dorados. Una vez horneados los dejamos enfriar sobre una rejilla y seguimos horneando el resto.

Cualquier duda, mira el vídeo.

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